Un
cuerpo sin alma. Así es como me siento desde hace un tiempo, no sé cuánto
exactamente. No voy a hablar de ningún hecho en concreto; tan sólo de cómo me
siento. Simplemente porque no sé cuáles son exactamente los motivos o vivencias
que me han hecho sentirme así permanentemente.
Estoy
cansada de lo mismo, de hacer lo mismo siempre y de no hacer nada también, tenía
un día libre a la semana para hacer o salir con la persona que quiero y ahora
los 7 días de la semana son una cárcel para mí.
Estoy
cansada de la rutina, de solo estar en cama esperando la visita diaria del
amor, estoy cansada de solo hacer nada.
Trabajo demasiado fuerte y merezco un descanso ya.
Estoy
cansada de estar cansada, cansada de luchar contracorriente, de estar triste,
de explicar la misma cosa una y otra vez, de tener que justificar mis
sentimientos, mis decisiones, mis pensamientos.
Es
curioso como la vida sin que te des cuenta te llena de vivencias, recuerdos,
circunstancias, sensaciones que por mucho que quieras no puedes deshacerte de
esas cadenas invisibles que son tan fuertes que te atrapan moralmente e impiden
que veas con otros ojos las cosas, con los ojos que tú necesitas sin que eso
lleve a hacer daño a las personas que quieres.
Hace
tiempo leí dos frases que aunque son parecidas tienen distinto significado:
-
LAS COSAS SON ASÍ, ACOSTÚMBRATE.
-
LAS COSAS SON ASÍ, HASTA QUE LLEGAS TU Y LAS CAMBIAS.
La
primera me hace ver como es la realidad y que por mucho que me esfuerce no la
voy a poder cambiar que lo tengo que aceptar y dejar de luchar contra todo por
intentarlo.
La
segunda es un pensamiento positivo, de fuerza, de lucha contradictorio a la
primera que nos hace sentir que la vida no es igual y que tenemos que luchar
por lo que soñamos y que todos somos capaces de lograr lo que queremos.
Aunque
yo no soy bastante pesimista soy de las que ve el vaso medio lleno siempre, suelo
luchar por las cosas que creo que merecen la pena, he luchado por las
circunstancias, por hacer ver a los demás que hay más salida (cosa que yo no me
aplico) y que hay otras maneras de actuar y de hacer las cosas y no hay que
conformarse.
Pero
ese empeño en dejar huella en la vida de los de mí alrededor me está empezando
a pasar factura y aunque yo siempre he sido de la segunda frase he llegado a un
punto en el que me estoy aferrando a la primera: las cosas son así, acostúmbrate,
esta semana me abre dicho esa frase unas cuantas veces.
Y
es que siento que mi vida no me
pertenece a mi si no a los demás, a los que me rodean y estoy cansada de tener
una sonrisa cuando no me apetece tenerla, cansada de ser marioneta de todos, de
no poder decir lo que quiero y siento en todo momento y es que estoy cansada de
oír te vas a equivocar, ese no es el camino correcto.
Estoy cansada de que
TODOS piensen por mí, que elijan por mí, que decidan por mí. Soy mayorcita para
saber lo que me puede hacer daño y lo que no, y si yo estoy luchando
contracorriente por conseguir algo y crees que me voy a equivocar ,DEJAME QUE
LO HAGA, estoy cansada de dar explicaciones, de vivir pensando en TODAS y cada
una de las personas que tienen algo que ver con mi vida, estoy casada de las
quejas y los consejos, cansada de que nadie tenga en cuenta lo que quiero, lo
que decido, lo que voy hacer COMO SI NO TUVIERA VALOR, COMO SI NO FUESE LO
SUFICIENTEMENTE IMPORTANTE, COMO SI NO FUESE CAPAZ DE NADA. Estoy harta, muy harta.
No
sé qué esperan los demás de mí, si me entrego completamente y voy haciendo lo
que ellos quieren dejando lo mío a un lado,..
Así
pasa que luego vienen los malos entendidos.
Me
he dado cuenta que la gente no se molesta en conocerte y que todos van a su
bola.
Cada
día me digo venga tranquila, las cosas cambian, pero cada día veo que la
corriente es más fuerte y que es imposible controlarla y que llegara un momento
en el que me ahogue.
Llevo
dos semanas debajo del agua aguantando la respiración y nadando como una loca
para seguir flotando pero mi alrededor en vez de darme la mano para sacarme y
evitar que me hunda lo que hacen es mirarme o incluso algunos darme con los
remos para ver si me hundo antes, con esos remos de mentiras, de falsedades,...
Ya
no veo nada a lo que agarrarme, no hay troncos flotando, no hay cuerdas que
aparezcan en el último momento como en las películas para salvarme.
A
veces pienso en seguir luchando contracorriente pero por mi cuenta, estoy sola
así que solo cuento conmigo y estoy cansada de luchar contracorriente, de
hablar con las paredes, de querer y no tener, de sufrir de forma gratuita, de
tener las ideas claras y que alguien me las enturbie, de que entorpezcan las
vistas de mi horizonte y de que me le quieran cambiar, de que crean que soy
tonta.
No
quiero estar triste, ni cansada, ni tener el alma dolida, quiero vivir, luchar,
encontrar el camino, aprender, compartir, hacer amigos, mirar con curiosidad,
ver, sentir, elegir, reír, llorar, soñar,... quiero ser yo, intentarlo.
Ya
sé que la vida no es fácil y que las cosas se solucionan y que hay gente con
peores problemas pero a cada uno le duele lo suyo. La vida no es de color de rosa
ni pido tener una vida de princesa de cuento. Yo quiero ser la princesa de mi
cuento.
Pero
ya he decidido dejarme arrastrar por la corriente y caer al final donde sea, ya
no puedo tragar más agua.