Borra a menudo si quieres escribir cosas dignas de ser leídas. Cualquiera que no este cometiendo errores es que no esta intentandolo lo suficiente.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Cansada, cansada...

Un cuerpo sin alma. Así es como me siento desde hace un tiempo, no sé cuánto exactamente. No voy a hablar de ningún hecho en concreto; tan sólo de cómo me siento. Simplemente porque no sé cuáles son exactamente los motivos o vivencias que me han hecho sentirme así permanentemente.

Estoy cansada de lo mismo, de hacer lo mismo siempre y de no hacer nada también, tenía un día libre a la semana para hacer o salir con la persona que quiero y ahora los 7 días de la semana son una cárcel para mí.

Estoy cansada de la rutina, de solo estar en cama esperando la visita diaria del amor, estoy cansada de solo hacer nada.
Trabajo demasiado fuerte y merezco un descanso ya.

Estoy cansada de estar cansada, cansada de luchar contracorriente, de estar triste, de explicar la misma cosa una y otra vez, de tener que justificar mis sentimientos, mis decisiones, mis pensamientos.
Es curioso como la vida sin que te des cuenta te llena de vivencias, recuerdos, circunstancias, sensaciones que por mucho que quieras no puedes deshacerte de esas cadenas invisibles que son tan fuertes que te atrapan moralmente e impiden que veas con otros ojos las cosas, con los ojos que tú necesitas sin que eso lleve a hacer daño a las personas que quieres.
Hace tiempo leí dos frases que aunque son parecidas tienen distinto significado:

- LAS COSAS SON ASÍ, ACOSTÚMBRATE.
- LAS COSAS SON ASÍ, HASTA QUE LLEGAS TU Y LAS CAMBIAS.

La primera me hace ver como es la realidad y que por mucho que me esfuerce no la voy a poder cambiar que lo tengo que aceptar y dejar de luchar contra todo por intentarlo.
La segunda es un pensamiento positivo, de fuerza, de lucha contradictorio a la primera que nos hace sentir que la vida no es igual y que tenemos que luchar por lo que soñamos y que todos somos capaces de lograr lo que queremos.
Aunque yo no soy bastante pesimista soy de las que ve el vaso medio lleno siempre, suelo luchar por las cosas que creo que merecen la pena, he luchado por las circunstancias, por hacer ver a los demás que hay más salida (cosa que yo no me aplico) y que hay otras maneras de actuar y de hacer las cosas y no hay que conformarse.
Pero ese empeño en dejar huella en la vida de los de mí alrededor me está empezando a pasar factura y aunque yo siempre he sido de la segunda frase he llegado a un punto en el que me estoy aferrando a la primera: las cosas son así, acostúmbrate, esta semana me abre dicho esa frase unas cuantas veces.
Y es que siento  que mi vida no me pertenece a mi si no a los demás, a los que me rodean y estoy cansada de tener una sonrisa cuando no me apetece tenerla, cansada de ser marioneta de todos, de no poder decir lo que quiero y siento en todo momento y es que estoy cansada de oír te vas a equivocar, ese no es el camino correcto. 
Estoy cansada de que TODOS piensen por mí, que elijan por mí, que decidan por mí. Soy mayorcita para saber lo que me puede hacer daño y lo que no, y si yo estoy luchando contracorriente por conseguir algo y crees que me voy a equivocar ,DEJAME QUE LO HAGA, estoy cansada de dar explicaciones, de vivir pensando en TODAS y cada una de las personas que tienen algo que ver con mi vida, estoy casada de las quejas y los consejos, cansada de que nadie tenga en cuenta lo que quiero, lo que decido, lo que voy hacer COMO SI NO TUVIERA VALOR, COMO SI NO FUESE LO SUFICIENTEMENTE IMPORTANTE, COMO SI NO FUESE CAPAZ DE NADA. Estoy harta, muy harta.
No sé qué esperan los demás de mí, si me entrego completamente y voy haciendo lo que ellos quieren dejando lo mío a un lado,..
Así pasa que luego vienen los malos entendidos.
Me he dado cuenta que la gente no se molesta en conocerte y que todos van a su bola.
Cada día me digo venga tranquila, las cosas cambian, pero cada día veo que la corriente es más fuerte y que es imposible controlarla y que llegara un momento en el que me ahogue.
Llevo dos semanas debajo del agua aguantando la respiración y nadando como una loca para seguir flotando pero mi alrededor en vez de darme la mano para sacarme y evitar que me hunda lo que hacen es mirarme o incluso algunos darme con los remos para ver si me hundo antes, con esos remos de mentiras, de falsedades,...

Ya no veo nada a lo que agarrarme, no hay troncos flotando, no hay cuerdas que aparezcan en el último momento como en las películas para salvarme.
A veces pienso en seguir luchando contracorriente pero por mi cuenta, estoy sola así que solo cuento conmigo y estoy cansada de luchar contracorriente, de hablar con las paredes, de querer y no tener, de sufrir de forma gratuita, de tener las ideas claras y que alguien me las enturbie, de que entorpezcan las vistas de mi horizonte y de que me le quieran cambiar, de que crean que soy tonta.

No quiero estar triste, ni cansada, ni tener el alma dolida, quiero vivir, luchar, encontrar el camino, aprender, compartir, hacer amigos, mirar con curiosidad, ver, sentir, elegir, reír, llorar, soñar,... quiero ser yo, intentarlo.
Ya sé que la vida no es fácil y que las cosas se solucionan y que hay gente con peores problemas pero a cada uno le duele lo suyo. La vida no es de color de rosa ni pido tener una vida de princesa de cuento. Yo quiero ser la princesa de mi cuento.

Pero ya he decidido dejarme arrastrar por la corriente y caer al final donde sea, ya no puedo tragar más agua.

viernes, 27 de febrero de 2015

Gracias por haberme roto el corazón.




Gracias porque, desde entonces, no he dejado entrar en mi vida a ningún hombre que no me mereciese.

Perder personas es parte de nuestra vida. Desgraciadamente, no es algo que podamos evitar. Además, perder a alguien implica un sufrimiento indeseable. 

Pero en esta ocasión, me alegro de haberte perdido. Sí, me alegro.

No voy a mentirte, es cierto que al principio estaba triste.Prácticamente no comía, lloré durante varios días, no quería salir, evitaba las preguntas de los demás… Te eché demasiado de menos y te necesite a mi lado. Pero eso se terminó.

Comencé a recordar nuestras constantes discusiones acerca de tu ex, cuando tú me decías que no ibas a hablar con ella de nuevo. O tus múltiples “amigas” con las que coqueteabas todo el tiempo. Tenías tiempo para todos, pero no para mí. De repente comencé a saber cada día menos de ti, y tú decías que estabas demasiado ocupado. Me enfadé.


Prometiste que cambiarías, pero nunca lo hiciste. Ahora sé que tus promesas no valen nada. Porque no es que estuvieses ocupado, es que estabas con ella. Y todavía eres capaz de negarlo.

Decidiste terminar conmigo porque querías tener algo con ella sin sentirte “mal” por mí. Una semana fue lo que tardaste. Una simple semana. Eso fue lo que me querías. 

Pasados los meses supiste que había conocido a alguien nuevo, y decidiste que no podía enamorarme de otro. Así que te dedicaste a escribirme, coquetear conmigo cada noche que nos veíamos… Mientras tú seguías con ella. Y por eso me alegro de haberte perdido. Porque veo que, teniendo pareja, eres capaz de pedirme que me vaya contigo cada noche. Teniendo pareja, eres capaz de decirme cosas preciosas que ni siquiera antes me decías. Y lo siento, pero no me creo que sea porque estás enamorado de mí. Simplemente creo que, cuando estabas conmigo, hacías lo mismo con otras.

Por eso me alegro de haberte perdido. Porque gracias a eso me di cuenta del tipo de hombre que eres. Alguien incapaz de comprometerse. Alguien que no sabe lo que es el respeto.

Así que gracias por romperme el corazón, por extraño que pueda sonar. Gracias porque he sufrido, y mucho. Pero lo he superado y he salido mucho más fuerte que antes. Gracias porque desde entonces, he sido mucho más exigente y no he dejado entrar a ningún hombre que no me mereciese en mi vida.Gracias porque, precisamente por eso, hoy estoy con alguien maravilloso que me enseñó el verdadero significado de amar.





miércoles, 28 de enero de 2015

Sin dedicación. Ataque repentino. Emoción explosiva.

Bienvenidos al mundo mío, bienvenidos a mi “diario repentino”
A veces resulta más sencillo tirar todo a la mierda, pero no siempre funciona.
Mi vida funciona a base de mentiras, engaños y decepciones, muchas de las veces que crees que algo está bien o “estábamos bien” pero no, kaboom, volvemos al principio, se va a la mierda.
La gran parte del tiempo me pongo a pensar que es lo que estoy haciendo mal, y casi siempre choco con la misma respuesta, soy muy ingenua y me creo todo, si, así es, me creo cada una de tus mentiras, quiero pensar que esto puede funcionar, intento hacer de todo para que funcione, pero estoy harta, estoy harta de lo mismo.
Me enoja y me recontra enoja todo eso, creo que esta es la única vez que eh escrito llorando para deshacerme de esto, para sacar esto.
Un día bien, un día mal, un día celos, un día engaños, un día decepción, un día amor, un día odio y así mismo se va repitiendo.

Arrepentida de esto. Sin dedicación. Ataque repentino. Emoción explosiva.

martes, 27 de enero de 2015

Hoy me dio por pensar en ti...

Hoy, que me dio por pensar en ti...Hoy más que nunca volví a preguntarme por qué fuiste tan importante, si al final tampoco te diferencias tanto del resto, con tus dos ojitos, el lunar bajo tu labio, nariz, boca y un montón de ideas desordenadas en la cabeza. Mirándote detenidamente nada te hacía especial. Para mí sí.

 A lo mejor fue porque me dio por buscar un poco más a fondo, por intentar fijarme en las cosas que nadie ve, que son las que más me gustan a mí y las que para ti son insignificantes.
¡Qué bonitas son las cosas sencillas!: una sonrisa, un guiño de ojo, un “buenos días” “Te quiero”, y qué bien sentaba escuchar tu voz por el teléfono, cuando hablábamos claro, cuando contestabas claro. Una vez me dijeron que le felicidad era eso: apreciar los pequeños gestos, que al final son los que causan las mayores alegrías y lo que más echamos de menos cuando nos faltan ¿Verdad?
Sí es verdad, te echo de menos, y no sabes cuánto.

Ciertamente, hoy me dio por pensar y pensé en ti. Fue bastante raro porque hacía mucho tiempo que no pasabas por mi cabeza, o no de esa manera. El día de hoy  te recibí como a un extraño. Como a ese amigo que se marcha y con el que acabamos sustituyendo la palabra "confianza" por la palabra "cortesía". Aun así me invadió una ola de nostalgia. De esa que se te mete por la nariz, inunda los ojos y bombea  el corazón. Me encanta.
 Me encanta todo lo que tiene que ver contigo, sólo que... Ya no se :/ Ni creo que lo vuelva a hacer porque  el tiempo desgasta tus recuerdos y los sumerge en un plácido sueño del que, si no vuelves y los acaricias suavecito, no volverán a despertar.


Ven a mí… Que sea todo como al principio.