Borra a menudo si quieres escribir cosas dignas de ser leídas. Cualquiera que no este cometiendo errores es que no esta intentandolo lo suficiente.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Volví a caer...

Salí del baño un poco acalorada, estaba cansada del día que había sido largo y agotador, me senté aun en toalla en la cama y por un momento quede en silencio...
 Fue entonces cuando entendí lo que había pasado, a eso se refería el cuándo dijo "Ten cuidado”,

-Volví a caer, que idiota soy.
 Dije en voz alta,

Es simple cuando los besos vienen y van sin ningún tipo de escrúpulo ni compromiso, aquella noche fue como si un baldado de agua cayera directo hacia mí, esto se había acabado sin comenzar ya no había nada en que pensar, ya no había nada que decir, ya no habían preguntas, solo respuestas; Respuestas que no quería afrontar, respuestas que no quería escuchar.
Ya nada era como antes, y en ese instante me pregunte:
-¿Algo de esto fue real? (sé que sí, pero fui una tonta)
 Sabía que ya no había marcha atrás, ya lo hecho, hecho estaba y aunque el camino se veía largo y dificultoso sabía que tocaba empezarlo, de una u otra manera tenía que guardarme este sentimiento, este que me llenaba tanto de recuerdos, de imágenes que venían a mi como inspiración y que nunca mas te podría demostrar, hasta que estemos juntos y lo merezcamos.

Solo me senté a escribir...

martes, 11 de noviembre de 2014

¿Que fue lo que vi en ti?

Muchas veces me preguntaste ¿Qué viste en mí? Y nunca te respondí, o no como debía, y bueno era hora de desempolvar el blog, y que mejor momento que ahora.
Te quiero porque siempre estas a mi lado, en mis tristezas y en mis alegrías, porque siempre tengo la necesidad de tus abrazos, nunca me aburro contigo, y siempre soy feliz a tu lado, cuando estas a mi lado, o cuando estabas mejor dicho, me tenías en tu mundo y me encadenabas.
Te quiero? Si, si te quiero

Qué suerte. Toda mi ciudad de preguntas quería pertenecerte, pero le tenías terror a los pies en el aire. Ni yo insistí, ni tú  quisiste convencerme de otra cosa. Que quede claro, nos dijimos, que somos apenas un par de pasiones fisuradas rogando respuestas en el lugar equivocado y sin intuirnos déjame decirme que fue lo mejor, si LO MEJOR.
Un laberinto de espejos donde nos embarraríamos en letras inventadas, inventando en que pasillo nos esconderíamos o enviándonos audios cursis y tontos.
¿Viste todo lo que somos capaces de escribir si creemos, si por un ratito te olvidas de los fantasmas que te cuelgan de la ropa?
Entonces apareciste con toda tu risa, y pronunciaste “Vamos solo un ratito, quiero estar contigo”

Me fuiste aceptando multidimensional, porque a veces me paro al lado de los escombros y lloro. A veces tiemblo sola, y me rechinan los dientes, solo quiero apurar el calendario, de llenar los espacios de soledad con más vacío. Me sonreíste, y me dijiste: “juguemos este juego”. Yo quise llamarme mujer, y abrazarte las vocales a un puente de tinta entre las bocas. Entonces jugué.
“Se nos va a hacer tarde”, decías mientras afuera pasaban los autos. ¿Por qué duelen así los minutos que no abrazan? como te brillan todas las preguntas que quisieras hacerme y no me haces.  Entonces, tus dedos salen a bailar con los míos y me hacen muecas, y me pregunto a dónde se van las luciérnagas cuando no las dejamos respirar. Fuimos destinándonos a mentiras compartidas, a puntos y comas,  a metáforas de cadáveres exquisitos que solo tú y yo vamos a leer. El juego empezó, y está bien que no brillemos. Es que no podemos perder lo que nunca fue nuestro. Pero yo te pido la abundancia, te pido que me mires de frente y le des un poquito más al presente que no vuelve. No lo digo así, pero tú lo entiendes. Seamos dos buenos pasajeros de octubre-noviembre.

Entonces, ¿Qué fue lo que vi en ti? Te vi las ganas de ser fuerte, eso vi, tus ojos que viajaban hacia a mí, retratando tu humanidad y hubiera querido abrazarte hasta los huesos,  pero preferí seguir mirándote la sonrisa.
¿Qué es lo que viste en mí? Eso me preguntaba mientras me veías a los ojos mientras sacabas el humo de tu cigarro. No importa la música, ni los idiomas que no hablaremos, ni las noches que no van a ser nuestras.
¿Fue ayer u hoy? El tiempo y yo nunca coincidimos.  Lo cierto es que alguno de los dos gritó que queríamos ser dos bocas entreabiertas, que es jueves y se acerca la decisión, esa que nunca llegó, nuestros “chats” llenos de palabras y promesas que nunca se lograron, pero a pesar de todo fueron sinceros, sanan los daños que nadie va a devolverme.
Vuelvo a casa porque no quisimos amanecer en el mismo lugar, y así está bien. Vuelvo con la certeza de que dos cuerpos respirando juntos no siempre curan, pero son simpáticos y la pasamos bien  Y habité dos noches tus ojos grandes y felinos solo para volver a este hogar de ser yo misma,  de soltar  lo que viste en mí, y soltar lo que nunca vas a ver. Ahora voy a volver a creer.

Y así fue, jugamos…


jueves, 31 de julio de 2014

X

Estoy en un momento bajo. Puedo admitirlo. Eso debe significar que lograré pasarlo. 
Estoy en un momento bajo, ciertamente. No puedo habérmelas con todo lo que me asalta a menos que consiga ayuda y solo hay una persona que quiero que me ayude y esa persona es X. No puedo seguir caminando con mi cuerpo por las calles a menos que ya no exista en su pensamiento y a sus ojos. Las personas tienen este problema con frecuencia, y sabemos que es culpa suya y que tienen que cambiar su forma de pensar, eso es todo. No es un problema honorable. El amor no es serio, aunque puede ser fatal. Leí eso en alguna parte y lo creo. Gracias a Dios no sé dónde está él. No puedo telefonearle, ni escribirle cartas, ni asecharlo en la calle.
Un hombre con quien había roto solía seguirme. Finalmente me convenció para que entrase en un café a tomarme un té con él. 
-Sé qué clase de espectáculo soy -dijo-. Sé que si aún te queda algo de amor por mí esto lo destruirá.
Yo no dije nada.
Él golpeó la cuchara contra el azucarero.
-¿En qué piensas cuando estás conmigo?
Yo quise decir "No lo sé", pero en vez de eso dije:
-Pienso en lo mucho que deseo irme.
Se levantó de inmediato, temblando, y dejó caer la cuchara sobre el suelo.
-Estás libre de mí -dijo con voz entrecortada.
Esta es la escena, cómica y horrible, teatral y real. Él tenía una desesperada necesidad, como yo la tengo ahora, y no siento compasión por él, y no siento no haberla sentido.



Extracto del cuento "El autobús de Bardon", de Alice Munro.

domingo, 19 de enero de 2014

Me haces sentir protegida

Siempre pensé que podría erradicar este sentimiento cuando un amor "verdadero" llegara a mi vida, creía que lo que sentía hacia ti era una vaga ilusión que con el tiempo desaparecería irremediablemente. Sin embargo sigues aquí, te entrometes todavía en mis sueños, aceleras mi corazón, me inunda de calor cada signo de cariño por tu parte; aunque tú no lo veas de la misma manera. Sé que finges desinterés ante mis secretos, ante mi amargura, pero con acciones te contradices y me haces feliz. A tu modo me haces sentir más amada que nunca. Entiendo que mi locura no tiene límites, pero nunca dejaré de fantasearte, estaré enamorada de ti hasta que me regales un tierno beso, tal vez hasta ese momento ya no idealizaré las pequeñas cosas que haces por mí. Quizá remotamente en el día que toque tu bzrostro, se acabará esta pasión que quema el alma. Debo aprovechar cada minuto para decirte que te quiero, para que sepas de mi voz que eres importante, que no ha pasado un solo día que no piense en ti con una sonrisa sobre los labios. Debes saber...que te quiero, te quiero, te quiero; ¿lo sientes? Estoy para ti, siempre junto a ti. 

Desde el 19 de enero se venia escribiendo. Hasta que hoy se concluyó. 

sábado, 18 de enero de 2014

El, era así.

No sé. Hay gente que se muere y, con todos los respetos, no se pierde nada. Pero él era de los que, cuando ya no están, lo notas. Como si el mundo entero, de un día para otro, se hiciera un poco más pesado. A lo mejor este planeta, y todo lo que hay en él, flota en el aire sólo porque hay muchos por ahí, ocupados en mantenerlo en su sitio. Con su ligereza. No tienen cara de héroe, pero mantienen el garito en marcha. Son así, era así. O sea: era capaz de cogerte por el brazo, un día cualquiera, por la calle, y decirte en gran secreto.
-Una vez vi ángeles. Estaban en la orilla del mar.
A pesar de que él no creía en Dios, era un científico, y no mostraba gran predisposición hacia las cosas de la Iglesia, no sé si me explico. Pero había visto ángeles. Y te lo decía. Te cogía del brazo, un día cualquiera, por la calle, y con la maravilla en los ojos te lo decía.
-Una vez vi ángeles.
-Te conocí
¿Cómo no querer a alguien así?